Dicen que lo díficil no es enamorarse, es entregarse y dejar de tener poder sobre ti, para que otra persona tenga tu control. Pero, ¿y si no lo vemos así?. Podemos simplemente verlo como las ganas de compartir la ilusión de vivir, o como un intercambio donde el más solidario lo da todo sin esperar nada, pero al final sea como sea que lo que entregue vuelva a él. Puede ser un trato, un juego o una apuesta. Pero siempre amor, porque es lo que alimenta al alma.
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