domingo, 18 de septiembre de 2011

* NO QUEREMOS SER SiNCEROS Y ACEPTAR QUE YA NO QUEDA NADA ♪

Cuando los sentimientos jugaron por primera vez a las escondidas, el amor se escondió dentro de una rosa. La locura, quien pretendía encontrarlo, tomó una rama y movió la rosa. Así fue que una espina lastimó sus ojos y desde ese entonces el amor es ciego y la locura siempre lo acompaña para tapar su culpa.

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Porros de colores *